Las cervezas varían
mucho de sabor, color y fuerza. En cada fase del proceso de elaboración es susceptible de
alteraciones, modificaciones e intervenciones creativas. Con todo, hay una distinción
básica en la familia de las cervezas: el tipo de levadura. Las cervezas elaboradas con
levaduras flotantes, es decir, aquellas que flotan en la superficie del mosto en
fermentación, reciben el nombre de tipo ale; las cervezas que se elaboran con levaduras
que fermentan en el fondo de la cuba reciben el nombre de tipo lager. Las cervezas de tipo
ale fermentan más rápido a temperaturas entre los 15 y los 25 °C, mientras que las
tipo lager fermentan más lentamente entre los 5 y los 9 °C. Las cervezas tipo ale
pueden servirse a los pocos días de finalizar la fermentación; las tipo lager, por el
contrario, deben almacenarse a 0 °C durante periodos que oscilan entre tres semanas
y tres meses, deben su nombre a este proceso: Lager significa "almacén" en
alemán, y Lagerbeer significaba originalmente cerveza para almacenar. Es costumbre servir
las cervezas tipo ale más calientes que las tipo lager. La cerveza tipo ale precedió en muchos siglos a la lager. A
pesar de ello, el sabor suave de la última la ha convertido en el tipo de cerveza que
predomina.
Existe un gran número de tipos de
cerveza a lo largo y ancho de nuestro planeta, unas 5.000. Cada país tiene un sabor característico
que nos permite con un poco de práctica, localizarlas geográficamente. Por ejemplo, las
cervezas mexicanas son cervezas suaves, las belgas
suelen ser dulzonas y en un gran número de casos, son de alta
graduación. También son
fácilmente reconocibles las alemanas, británicas, españolas etc... Aunque realmente,
existen sabores muy dispares dentro de una misma zona geográfica.
Las cervezas se catalogan principalmente
a partir se su sabor, aunque también se suelen catalogar a partir de su color,
fermentación, ciudad de origen, ingredientes, etc... Muchas cervezas reciben el nombre de
las ciudades que las vieron nacer, como es el ejemplo de las Pilsen de la República
Checa, las Munchener de Alemania, las Burton ales de Staffordshire (Inglaterra) etc...
La mayoría de las cervezas tienen como
componente principal la
cebada,
aunque las podemos encontrar de malta o
trigo o mezcladas con distintas frutas silvestres.
La fermentación también es importante, dependiendo si durante la fermentación la
levadura queda en la superficie o en el fondo
se puede dividir en cervezas tipo ale o tipo lager, respectivamente. Las tipo ale
fermentan más rápido y a mayor temperatura. Las lager, servidas más frías y deben permanecer
de uno a tres meses almacenadas antes de poder consumirse.
La cerveza es una bebida que admite la
mezcla. Pese a que casi todo el mundo bebe cerveza sola, se puede mezclar,
el limón le acompaña bastante bien.
Entre las variedades clásicas de
cerveza, los expertos distinguen diversos tipos en razón del lugar de origen, la
elaboración y los ingredientes añadidos.